"¿Cómo seguir al mando?"

Anvil Nelson Jr. es un hombre en constante movimiento. El empresario dirige su propia empresa de fabricación de productos químicos en la ciudad de Chattanooga, a dos horas y media de su ciudad natal Nashville, Tennessee. Es miembro de la junta directiva de la misión de rescate local de Nashville, que proporciona comida, alojamiento y formación a personas necesitadas. También forma parte de la junta directiva de la Tennessee Kidney Foundation, que ofrece pruebas de detección, educación y ayuda con el transporte para pacientes con enfermedad renal.

Además, Nelson ha desempeñado una función directiva en su iglesia local durante más de dos décadas. También está a cargo de competiciones de atletismo para torneos estatales y de reuniones universitarias. Por último, pero no menos importante, Nelson quiere pasar tiempo de calidad con su esposa y dos hijos mayores que viven cerca. Después de marcar todos los puntos de esa completa lista, concluye con una risa: "Llevo una vida bastante ajetreada. Mi familia realmente opina que estoy demasiado ocupado".

Esta actitud positiva ha sido un sello distintivo de la experiencia de Nelson como paciente de diálisis durante las últimas dos décadas. En 2003, se le diagnosticó un tumor no maligno en el riñón derecho y se le extirpó. Durante las visitas periódicas de seguimiento con su nefrólogo, se hizo evidente que la función de su riñón izquierdo estaba disminuyendo gradualmente. Esta situación llegó a un punto crítico en el verano de 2017, por lo Nelson tuvo que incluir su nombre en la lista de espera nacional de trasplantes de riñón para encontrar un órgano donante.

Durante una revisión en el verano de 2017, su médico descubrió dos tumores malignos en su riñón izquierdo. "En los últimos 14 años, había mantenido las cuatro citas al año que tenía con el médico, pero no tuve que hacer cambios importantes en mi estilo de vida. Incluso cuando recibí la noticia de que el cáncer se había apoderado del otro riñón, eso me hizo querer ser proactivo", recuerda Nelson. "Le dije al médico allí mismo: Arranquemos ese cáncer lo más rápido posible". La diálisis cambiaría mi vida, pero superar el cáncer era el mayor desafío".

Mientras seguía recuperándose de la cirugía, Nelson ya elaboraba un plan para recuperar su vida. Inicialmente, tuvo que viajar a un centro de diálisis tres veces a la semana para su tratamiento. "Era muy estricto, porque tenías que programarlo y quedarte allí unas horas. Reservé mis tratamientos a las 5 de la mañana los lunes, miércoles y viernes, por lo que podía usar el resto del día, pero eso significaba que tenía que levantarme alrededor de las 4 de la mañana para conducir hasta allí". A pesar de sus expectativas originales, Nelson descubrió que el horario del tratamiento interfería demasiado con sus muchas otras obligaciones. "Después de recibir tratamiento, necesitas tiempo para recuperarte. A menudo, los lunes después de la diálisis ni siquiera podía conducir hasta Chattanooga para trabajar porque tenía que descansar".

Por lo tanto, Nelson le dijo a su médico que necesitaba explorar sus opciones. "Quería seguir viviendo mi vida y no estar atado a un centro. Por eso, al principio me planteé la diálisis peritoneal, ya que era la única manera de seguir trabajando como solía hacer. Pero entonces", añade, "escuché hablar de la hemodiálisis domiciliaria".

Nelson descubrió la máquina de diálisis domiciliaria System One fabricada por NxStage de Fresenius Medical Care y vio tutoriales en los que se mostraba cómo funcionaba. "Fue un descubrimiento increíble que me dejó con ganas de saber más". Poco después, estaba sentado en su silla de tratamiento en el centro local, cuando sonó su teléfono. Se trataba de una experta del equipo de NxStage y Nelson acabó hablando con ella durante una hora y acribillándola con detalladas preguntas. "Decidí ir a por ello y le pedí que me inscribiera de inmediato en las sesiones de formación necesarias".

En el plazo de una semana y gracias a que su mujer le proporcionó un apoyo continuo y apasionado, Nelson pudo comenzar su formación sobre cómo utilizar el System One. Esta formación incluía la instrucción de la mano de expertos en un centro de diálisis, seguida de un uso supervisado. No tardó casi nada en sentirse lo bastante cómodo como para preparar y conectar la máquina él mismo.

La mujer de Nelson, Denice, o uno de sus hijos siempre intentan sacar tiempo para estar disponibles como su compañero de cuidados, una rutina que la familia ha mantenido, incluso cuando Nelson ha seguido ocupándose de asuntos en su empresa en Chattanooga. Los lunes se dirige a Chattanooga para estar presente en su empresa y su mujer se reúne con él al día siguiente en el apartamento que tiene alquilado allí. "Ella siempre está allí esperándome, prepara la máquina y hace algo de comer mientras termino de trabajar".

Como resultado de la formación de diálisis domiciliaria, su mujer también ha ajustado su horario para sacar tiempo como su compañera de cuidados. Esto significa preparar la máquina los jueves y viernes cuando él vuelve a casa en Nashville. "No quiero que suene demasiado optimista", dice Nelson, "pero la diálisis domiciliaria es una gran oportunidad. Realmente puedo seguir con mi vida, dirigir mi negocio e incluso viajar".