Su nefrólogo y el equipo de diálisis deberán obtener información completa y exhaustiva sobre su estado de salud general para poder hacerse una idea de cómo se encuentra actualmente y de la evolución de su tratamiento de diálisis. La información que debe proporcionar se encuentra en las instrucciones de tratamiento, que recibirá del médico que le trate y del equipo de diálisis. Almacenar todos sus registros médicos en una carpeta de fácil acceso puede resultarle útil para futuras conversaciones con sus médicos.
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La limitación de la función renal va generalmente asociada a la necesidad de aplicar ciertas medidas dietéticas. Esto puede ser menos necesario para los pacientes en diálisis domiciliaria, dependerá del tipo de tratamiento que se reciba.
La composición de componentes alimentarios importantes como las grasas, las proteínas y los carbohidratos debe adaptarse a las necesidades modificadas de su cuerpo. Lo mismo se aplica a la ingesta de líquidos, ya que es posible que ya no pueda excretar tanto líquido a través de sus riñones. Un nutricionista puede ayudarle a conocer todos los aspectos importantes de una dieta que se adapte a usted, y a elaborar una dieta y un plan de hidratación personalizados. Dado que la dieta y el equilibrio hidroelectrolítico son elementos importantes de su tratamiento, es necesario que revise regularmente su peso corporal y la cantidad de orina que excreta. Hable con su centro de diálisis sobre esto.
Póngase en contacto con su centro de diálisis o llame al 112 ( línea telefónica de emergencia). Le atenderán profesionales muy competentes para ayudarle. Pida los números de teléfono más importantes a su unidad de diálisis y déjelos anotados junto al teléfono para que todos los miembros de la familia puedan verlos. Con el tiempo, obtendrá experiencia y confianza, y sabrá cuándo ponerse en contacto con su centro de diálisis.
Una vez que la piel circundante se haya curado después de la implantación del catéter, debe cuidarse bien. La higiene y la limpieza son esenciales para evitar infecciones. Su equipo de diálisis le enseñará a cuidar el sitio de salida del catéter en una sesión de formación detallada. La mayoría de los pacientes cubren el punto de salida con un pequeño vendaje después de los cuidados. De esta manera, nada puede moverse y el catéter normalmente no interfiere con sus actividades diarias.
Generalmente, hay algunos signos claros de que se ha producido una peritonitis. Si la secreción del líquido de diálisis está turbia o si experimenta dolor abdominal y/o fiebre, debe llamar a su centro de diálisis inmediatamente.
Las náuseas y los vómitos también pueden indicar peritonitis. Si la secreción es más lenta de lo habitual o la ultrafiltración disminuye, esto también podría indicar peritonitis. Su centro de diálisis le informará sobre los posibles signos de peritonitis y cómo tratarla detalladamente. Su centro de diálisis es también el primer punto de contacto si sospecha que tiene peritonitis.
Hay varios signos que indican una infección en el lugar de inserción del catéter:
- Enrojecimiento
- Hinchazón
- Tensión
- Dolor
- Pus
Todos ellos son síntomas de infección en el sitio del catéter.
El color del pus puede ser muy diferente (marrón, amarillo, blanco o verde), según el patógeno que haya causado la infección. Si sospecha que existe una infección en el punto de salida del catéter, póngase en contacto con el centro de diálisis inmediatamente.
Un acceso vascular permanente también se denomina injerto o fístula. Se trata de un procedimiento quirúrgico que conecta una vena y una arteria (normalmente en el antebrazo) para crear un acceso permanente, donde que se punciona con una aguja durante cada tratamiento de hemodiálisis. Este acceso es necesario para realizar la hemodiálisis de forma permanente. El injerto se ve como una pequeña protuberancia debajo de la piel.
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